El arte es
creación y como tal debe valorarse y conservarse. La artesanía tiene sus raíces
en la identidad e idiosincrasia de un pueblo. Muestra su historia y su
evolución a través de los años y va adaptando los cambios de cada sociedad.
Desde la Edad
Media la importancia del artesanado ha ido disminuyendo hasta aparecer la
Revolución Industrial. El trabajo minucioso y abnegado que necesita cada objeto
se fue sustituyendo por una producción en serie donde se priorizaba la
rentabilidad y la rapidez. Esa fue la razón principal que contribuyó a la
desaparición del oficio de artesano. Las máquinas arrasaron los talleres
artesanales y se fueron perfeccionando hasta nuestros días. La producción en
serie redujo la calidad del producto pero aumentó sus ventas. Por este motivo,
la falta de demanda del producto artesanal, lo condenó al olvido.
La llegada del
turismo y la preocupación de algunos
gobiernos locales por revalorizar el patrimonio cultural de los pueblos supusieron
el punto de partida para activar la economía y sacar de los talleres los
oficios olvidados y potenciar la calidad
y autenticidad de estos productos frente a la fabricación en serie.
La artesanía
popular tiene su lugar en cada sociedad, por lo cual algunos productos deberían
ponerse a la venta como productos autóctonos.
A pesar del
silencio que rodeó la artesanía popular durante bastante tiempo, los gobiernos
provinciales son conscientes del interés y significado que poseen las
tradiciones artesanales como un legado ancestral que deben promocionar y
proyectar. Se sienten responsables de la tarea de potenciar y rentabilizar
patrimonio y artesanía formando una simbiosis cultural que, con el tiempo,
favorecerá a los burgaleses. El monasterio y la artesanía popular focalizan una
proyección estatal y provincial que contribuye a extender la cultura burgalesa
fuera de sus fronteras. Y esto se puede conseguir a través de museos
itinerantes, excursiones guiadas por “inquilinos” del monasterio contando sus
vivencias, creando “El Camino de los Oficios” donde se ve la evolución de cada
arte y con su experto correspondiente…Además, las nuevas tecnologías
contribuyen a promocionar esta simbiosis con gran rapidez. No obstante, debemos
inculcar en las futuras generaciones el respeto y la consideración por las
tradiciones culturales y desde todos ámbitos educativos se debe fomentar el
conocimiento del patrimonio y la artesanía popular. Sería necesario organizar
visitas ilustrativas y actividades culturales que atrajeran la curiosidad por
oficios que un día formaron parte de la historia local.
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